¿CÚANTO CUESTA UN JALA BOLAS?

¿CÚANTO CUESTA UN JALA BOLAS?

A mediados del siglo IXX en Caracas, Venezuela se construyó una cárcel panóptica, según recomendaba el británico Jeremy Bentham, pero no fue sino hasta principios del siglo XX cuando esta cárcel tomó notoriedad, ya que el General Juan Vicente Gómez, dispuso que los reclusos trabajasen en la construcción de la red de carreteras que unificó el territorio. De las prácticas y usanzas en la vida carcelaria de “La Rotunda” surgieron varios “venezolanismos” o expresiones de uso cotidiano en la jerga criolla; tal vez, las más destacadas son “echarse las bolas al hombro” y “JALA BOLAS”.

Los presos en aquella época, realizaban sus trabajos atados del tobillo a un grillete, con una larga cadena y una pesada bola de acero, solía ocurrir que cuando un preso se cansaba y dejaba el trabajo, halaba de la cadena atada a su tobillo y se colocaba la pesada bola sobre sus hombros, de allí la frase “te echaste las bolas al hombro” que significa que pese a que estas en horario de trabajo, estas holgazaneando; también había presos muy muy malos, que sometían a otros presos muy muy sumisos, eso aún existe en las cárceles y siempre ha existido, esos presos abusadores obligaban a los sumisos a cargar con la bola de sus grilletes para hacerles más fácil el trabajo, de allí proviene la expresión “JALA BOLAS”, que está asociada a los lambiscones, lisonjeros que para sobrevivir, se someten a los designios de un abusador para obtener los favores que proceden de sus abusos.

La expresión JALA BOLAS en Venezuela, está asociada a los peores individuos, no se trata de “hacerse la vista gorda” ante algún atropello eventual, se trata de ponerse al servicio de alguien a sabiendas de que lo que hace esa persona está muy mal y con plena conciencia de que al hacerlo tu honor y dignidad han desaparecido, si eres un jala bolas, eres sin cortapisas cómplice del abusador, además, un cómplice muy cobarde, porque tienes la certeza de que tu maldad será protegida y te sientes eximido de responsabilidad; pero la complicidad de un delito se ejerce por acción u omisión, así que dependiendo del abuso el “jala bolas” con su complicidad también es un delincuente.

Chávez contó con un sin numero de jala bolas, no solo en la conformación del gobierno, sus tropelías eran avaladas, justificadas o maquilladas por los jala bolas mediáticos, no importa si hablamos de Mario Silva, Mary Pili Hernández o Vladimir Villegas, no importa si hablamos de los reporteros más insignificantes de Venezolana de Televisión, todos fueron sus jala bolas, todos son culpables y todos deben pagar la complicidad con el tirano. Todos lo hicieron por cobrar unos centavos, por estar en el piso alrededor de la mesa del tirano para consumir lamiendo con su lengua las migajas que caían de la mesa del festín, todos esperaban “tocar una tética” o al menos olerla en la orgia revolucionaria, son aún más despreciables que el tirano, porque renunciaron a la razón de ser de su oficio de periodistas “LA VERDAD”

Cuando emigré a España, pensé que me alejaba de esas practicas propias de eso que los españoles llaman “tercer mundo” pero me encontré con que el periodismo español es del quinto mundo. Pedro Sánchez, se ha constituido en tirano, con su mueca sonrisa de chulo, con sus poses de chulapo y su tono de victima contrariada constantemente, ha tomado el control de todos los poderes públicos, pisoteando la legalidad sin pudor alguno. En su ascenso a la categoría de tirano ha contado con una división de “palmeros” pero es que esa palabra se queda corta, son verdaderos JALA BOLAS, la pesada bola de abusar, señalar al adversario, pisotear la constitución y hacer lo que le sale del forro, es cargada por un ejercito de jala bolas, dispuestos a mentir impúdicamente sin ruborizarse, dispuestos a negar la evidencia así se la pongan ante las narices, esos jala bolas, cuenta a su vez con otros que fingen discutirles, con una condescendencia impostada, por aquello de “no romper las formas” que son consciente o inconscientemente los jala bolas de los jala bolas. Es un sistema mucho más repugnante y nauseabundo que el instalado por Chávez y heredado por Maduro, porque allá en Venezuela Chávez decía lo que iba a hacer, lo hacía y todos sabíamos a lo que iba. Aquí tirios y troyanos, niegan la evidencia, creen que lo que ocurrió en Venezuela es algo propio de un país bananero, se creen europeos y por tanto superiores y entre su incredulidad y arrogancia terminan siendo peores.

No me importa si eres Ana Pardo de Vera, Esther Palomeras, Verónica Fumaral, Fernando Berlín, o Fernando Garea, Juanma Lamet, Silvia Intxaurrondo o su irrelevante compañero en la hora de la 1, no me importa si eres Ana Terradillos, Ana Pastor o su marido Ferreras, no me importa si eres Joaquín Prat o Ana Rosa Quintana, quienes prefirieron pasar a hacer crónica de banalidades y farándula para no perder sus abundantes sueldos, no me importa si eres Pedro J. que le da igual si es Casado o Feijoo el Amo, si eres Risto o Marta Flinch, quienes parecen listos no por serlo, sino porque se sientan rodeados de payasos, ¡NO! No me importa, ni si eres de Público o del Diario.es, si eres de “la secta” de “lo país”, si eres Carlos Cue o Elsa García de Blas, no me importa si eres Alan Baboso o si eres Cristina, la qué con la verdad siempre FALLARÁS, no me importa si estas sobria o ebria como una cuba, te repito SIEMPRE FALLARÁS, si eres Xavier Fortes o el tibio Carlos Alsina, no importa… todos sois JALA BOLAS, habéis renunciado a LA VERDAD, por unas cuantas monedas, porque así cobréis 7 o 10 mil Euros, no dejáis de ser abyectos lisonjeros del poder, que vivís de las migajas que os arrojan; ¡pero claro!, en un país donde la ministra de hacienda considera que un mil eurista es “clase media” coger un chollo de 5 mil Euros debe daros una auto percepción de superioridad “que flipáis”.

DAIS LASTIMA, CAUSÁIS NAUSEAS Y PALMEROS LES QUEDA CORTO, SOIS JALA BOLAS.